EFECTOS SECUNDARIOS Y ADVERSOS DE LOS ANTIHISTAMÍNICOS
Efectos secundarios comunes
Los efectos secundarios son molestias esperadas que suelen ser leves. Entre los más frecuentes se encuentran:
- Somnolencia (especialmente con los de primera generación)
- Mareos
- Boca seca
- Dolor de cabeza
- Náuseas o molestias digestivas
- Fatiga o sensación de debilidad
En la mayoría de los casos, estos efectos desaparecen al continuar el tratamiento o al cambiar de tipo de antihistamínico.
Efectos adversos
Los efectos adversos son reacciones no esperadas, más serias o graves. Aunque poco comunes, pueden ocurrir:
- Reacciones alérgicas severas: dificultad para respirar, hinchazón, urticaria intensa.
- Confusión mental o alucinaciones, especialmente en adultos mayores o con sobredosis.
- Alteraciones del ritmo cardíaco en personas con enfermedades cardiovasculares.
- Retención urinaria, visión borrosa o estreñimiento.
- Convulsiones (en niños muy pequeños o en casos de sobredosis).
Uso en niños
En niños menores de 6 años, el uso debe ser siempre con receta médica. Los efectos que pueden presentarse incluyen:
- Somnolencia excesiva
- Irritabilidad
- Hiperactividad o insomnio (efecto paradójico)
- Náuseas, vómitos
- En casos graves: confusión o convulsiones
Por eso, se prefieren antihistamínicos de segunda generación como la loratadina o la cetirizina, que son más seguros.
Uso en embarazadas
Durante el embarazo, los antihistamínicos deben utilizarse con indicación médica. Los más seguros son:
- Loratadina
- Cetirizina
- Clorfenamina
Estos medicamentos no han demostrado efectos negativos en el desarrollo fetal cuando se usan correctamente. Se deben evitar los antihistamínicos sedantes al final del embarazo, ya que podrían afectar al bebé al nacer.
Los efectos en la madre incluyen somnolencia, boca seca y fatiga, pero el riesgo para el feto es bajo si el medicamento es bien elegido.
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